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ToggleEl hombro es una articulación muy compleja, que proporciona movilidad a la extremidad superior para realizar todas las actividades de la vida diaria. El dolor es la primera señal de que algo anda mal, desde levantar la mano por encima de la cabeza hasta no poder dormir o despertar por las noches a causa del malestar.
Actualmente, la artroscopia es una alternativa para tratar casi todas las patologías del hombro mediante un procedimiento ambulatorio, de mínima invasión y que ofrece altas probabilidades de curación. Por ello, hoy te contaremos qué es esta cirugía ortopédica y cuáles son sus características y beneficios, acompáñanos a conocerlos.
La artroscopia de hombro es una técnica quirúrgica en la que se realizan pequeñas incisiones para insertar una cámara llamada artroscopio (que es tan pequeña como un lápiz), la cual permite examinar y reparar los tejidos al interior o adyacentes a la articulación. Usualmente se realiza una incisión para insertar el artroscopio y otras dos para la reparación de los tejidos y devolver la funcionalidad al hombro. En comparación con la cirugía abierta, el dolor postoperatorio y el tiempo de recuperación son menores.
Si bien es menos invasiva y agresiva, se puede realizar bajo anestesia local o general para que el paciente no sienta dolor; la diferencia es que con el bloqueo local se insensibiliza el brazo y hombro, mientras que en la general el paciente estará inconsciente.
El procedimiento tiene una duración de entre 30 minutos y dos horas, dependiendo de la patología y la gravedad de la lesión. Una vez que el bloqueo surte efecto, el cirujano introduce el artroscopio en el hombro a través de una incisión pequeña, este instrumento se conecta a un monitor de video donde el cirujano podrá inspeccionar los tejidos de la articulación: cartílago, huesos, tendones y ligamentos. Para reparar o extirpar los tejidos dañados, el cirujano hace de una a tres pequeñas incisiones a través de las cuales introduce los instrumentos.
En caso de una lesión del manguito rotador, el cirujano juntará los bordes de los músculos, unirá el tendón al hueso con suturas o remaches pequeños, que no se deben retirar después de la técnica quirúrgica.
Si se trata de síndrome de pinzamiento, el cirujano limpiará el tejido afectado por encima de la articulación del hombro, y puede cortar el ligamento coracoacromial, rasurar la parte inferior del hueso acromion para eliminar un tumor óseo o un espolón, que suelen ser causantes del síndrome, inflamación y dolor en el hombro.
En caso de inestabilidad del hombro, el cirujano reparará el cartílago que recubre el borde de la articulación y los ligamentos adheridos a la zona.
Al final de la cirugía, se cerrarán las incisiones con puntos de sutura y se cubrirán con un apósito (vendaje). La mayoría de los cirujanos toman fotos del monitor de video durante el procedimiento para mostrarle al paciente la lesión, lo que encontraron y las reparaciones que hicieron.
Si el cirujano encontró una lesión de gravedad, probablemente recomiende una cirugía abierta para acceder a los huesos y tejidos de forma directa.
Alrededor de dos semanas previas a la cirugía, el paciente tendrá que informar al especialista qué medicamentos consume, incluyendo suplementos o tratamientos naturales que adquiera sin receta. Asimismo, el paciente debe informar al cirujano sobre cualquier enfermedad que padezca, desde un resfriado hasta diabetes, cardiopatías u otras.
Fármacos con efecto anticoagulante como el naproxeno, ibuprofeno y ácido acetilsalicílico deben dejar de consumirse para evitar trastornos en la cicatrización o hemorragias.
El paciente tendrá que dejar de fumar y abstenerse de alcohol al menos dos semanas antes, ya que estos hábitos retrasan la cicatrización y consolidación de huesos.
El día de la cirugía, se recomienda un ayuno de 6 a 12 horas antes del procedimiento, y beber pequeños sorbos de agua al tomar la medicación.
Después del procedimiento, el paciente solo debe permanecer alrededor de una hora en la sala de recuperación mientras pasa el efecto de la anestesia, y regresar a casa para comenzar con el reposo.
Para recuperarse de la artroscopia de hombro suele recomendarse un movilizador pasivo para evitar las contracturas musculares e ir recuperando el movimiento poco a poco; también puede aplicarse crioterapia para reducir la inflamación y aliviar el dolor; esto último, aunado a los analgésicos prescritos por el ortopedista.
El periodo de recuperación varía dependiendo de la lesión: si se trata del manguito rotador, el tiempo puede ser de hasta 6 meses, especialmente si fue a causa de un impacto como el de los deportes de contacto. Si el manguito no fue reparado, el tiempo puede ir de una semana hasta tres meses.
Si bien la artroscopia es un procedimiento ambulatorio, al ser una cirugía existen riesgos como reacciones alérgicas a la anestesia, sangrado de la articulación, formación de coágulos de sangre, infección, rigidez o debilidad del hombro, lesiones en vasos sanguíneos o nervios, daños al cartílago o falta de efectividad del procedimiento y necesidad de una cirugía abierta para tratar la lesión.
Si acudes con un especialista como el Dr. Alba, los riesgos asociados a una artroscopia son mínimos ya que no quedan cicatrices, no hay puntos de sutura que puedan infectarse, además la vigilancia y rehabilitación postoperatoria serán clave para recuperarse por completo de una lesión.
¡No tengas miedo! Las lesiones de hombro, cómo lesiones de SLAP o la lesión del manguito rotador, tienen un tratamiento preciso, eficaz y que te devolverá el movimiento y una vida sin dolor, solo tienes que agendar tu cita con el Dr. Alba a través de nuestro formulario de contacto, ¡con gusto te atenderemos!
El Dr. Ismael Alba es Ortopedista y Traumatólogo egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Hizo su formación de subespecialidad en Cirugía Articular, Cirugía Artroscópica y Lesiones Deportivas en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). Cuenta también con una maestría en Ciencias Médicas y un diplomado en Alta Gerencia y Dirección de Servicios de Salud.
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